BELA

Ya no me gusta soñar con Bela porque me lleno de pesar por él y ya no me gusta soñar contigo porque ahora sueño que me tienes pesar. Antes le dabamos entre ambos una golpiza a Karloff, ahora solo lo veo en su ataud y con sus colmillos gastados. Antes me divertía contigo viviendo en peliculas de horror y en una cama roja, era una versión no distante de la realidad que teniamos, ahora veo que me ves en shock en medio de un gran salón, como si fuera Carrie. Y te vas porque no puedes hacer nada.
Pero son solo sueños. Y sé que ni pesar me tienes.
Mentiras. No sé. Solo sé que me tienes.
Evidencia
Ya se me agotaron las excusas para buscarte. Y así como todo se agota, está mi paciencia también a punto. El problema es que cuando esa paciencia llega a su límite tu no te vas a enterar, porque va a ser como gritarte desde la cabina de los interrogatorios sin rostro y con el altavoz apagado, viendo en tus ojos secretos que no me quieres confiar por temor a herirme. A veces creo que cuando ocurra mi muerte ni siquiera te vas a enterar. Y eso que he sido evidente con lo que siento, en cambio de ti no tengo evidencias. Ni siquiera para culparte.
Son solo expeculaciones de una detective paranóica.